La realidad es que, el comportamiento del “stock market” como lo conocemos hoy en día se ha ido transformado en el transcurso del tiempo por los cambios tan abruptos sobre política internacional, opinión pública, conflictos bélicos y recesión económica.
Para que usted se haga una idea, a largo plazo, las acciones en el mercado de valores han superado el rendimiento de cualquier otra clase de activos en el mundo y por un margen amplio.
De acuerdo con The Investor Protection Trust IPT, desde el año 1926 el crecimiento del “stock market” no ha sido menor a un 10% anual aun incluyendo acontecimientos que perjudicaron financieramente al mundo en el siglo XX como: la Primera Guerra Mundial, la Segunda Guerra Mundial, las dos bombas atómicas, el lunes negro en 1989, la crisis inmobiliaria del 2008 en Estados Unidos y podríamos continuar con la lista.
Al mercado de valores acuden los inversionistas para tener una alternativa de ingresos y aumentar su ahorro financiero en un plazo determinado. El “stock market” funciona como un mercado que organiza transacciones financieras y que garantiza el cumplimiento de sus funciones de forma eficiente, transparente y equitativa.
La negociación del “stock market” se efectúa a través de los miembros de la bolsa, conocidos usualmente como corredores o brókeres, sociedades de corretaje de valores, casas de bolsa, agentes o de acuerdo con la denominación que se recibe en cada país del mundo.
El mayor beneficio es que, los inversionistas terminan aportando recursos que permiten, tanto a las empresas como a los gobiernos, financiar proyectos productivos y de desarrollo, que generan empleos y por supuesto, riqueza.
Durante décadas las pequeñas y grandes empresas han estado recolectando fondos de inversionistas dispuestos a apoyar todo tipo de negocios y creando historias de éxito que parecen en algunos momentos, cuentos de ciencia y ficción.
Hoy en día, el mercado financiero no solo tiene Escuelas, Institutos de Investigación o carreras universitarias, sino que, también cuenta con simuladores online de compra, canales de YouTube o hasta inclusive programas de televisión especializados que analizan el comportamiento económico.
El mercado de valores moderno es significativamente más complejo que su incorporación original en la ciudad de Brujas, en el siglo XVI a pesar de tener el apoyo de la tecnología para emitir órdenes. Entonces, ¿Cómo se supone que utilizan el “stock market” las empresas y los inversores en la actualidad?
Por unos instantes, imaginemos una nueva empresa de productos gastronómicos que decide lanzarse al mercado:
En primer lugar, la empresa se deberá anunciar a los grandes inversores para obtener capital suficiente para comenzar. Una vez la empresa de productos obtiene su primera oportunidad de invertir, se patrocina en una oferta pública inicial, mejor conocida como “OPI”.
Las “OPI” son la primera venta de acciones de una empresa al resto del público. Esta actividad ayuda a las empresas a obtener el capital necesario de los inversores, distribuir los riesgos y evitar que todas las inversiones provengan de los promotores o fundadores.
La compra de acciones convierte a esos inversores en propietarios parciales del negocio. Su inversión ayuda a la empresa a crecer y, a medida que se vuelve más exitosa, más compradores pueden ver ese potencial y poco a poco atraen a nuevos inversores para comenzar a comprar acciones.
A medida que se populariza el aumento de la demanda de esas acciones, también lo hace su precio. Poco a poco se aumenta el costo y el valor de las acciones para los futuros compradores. Para la empresa de productos gastronómicos, ese mayor interés ayuda a financiar nuevas iniciativas y también aumenta su valor de mercado general al mostrar cuántas personas están dispuestas a invertir en su idea.
Sin embargo, no todo es color rosa en el funcionamiento del “stock market”. Si por alguna razón una empresa empieza a parecer menos rentable a los ojos de los inversionistas, también puede suceder lo contrario. Si los inversores piensan que el valor de sus acciones va a disminuir, venderán sus acciones con la esperanza de obtener ganancias antes de que la empresa pierda más valor. A medida que se venden acciones y baja la demanda, el precio de las acciones cae y, con él, el valor de mercado de la empresa. Esta situación puede dejar a los inversores con grandes cantidades de pérdidas a menos que la empresa comience a lucir rentable nuevamente en poco tiempo.
Esa incertidumbre entre la oferta y demanda de las acciones está influenciada por muchos factores que intervienen en el mercado como: catástrofes naturales, opinión de líderes mundiales, medios de comunicación, costos operativos, precio de los recursos materiales, cambios en la tecnología de producción, nuevas leyes, etc.
Todas esas variables pueden producir ruido en el día a día del mercado y hacer que las empresas parezcan más o menos exitosas, perdiendo su valor real. Aunque existan cientos de predicciones macroeconómicas y buenos resultados de crecimiento, el comportamiento humano es el que controla los auges o crisis financieras.
El comportamiento del “stock market” se seguirá modificando con el transcurso del tiempo gracias a la innovación tecnológica y las herramientas predictivas que diseñan constantemente analistas de datos, nuestra tarea está en visualizar las oportunidades disponibles en el mercado de valores y conocer a profundidad como respaldarnos para evitar perder en este mundo de ganancias incalculables.